Will Eisner (1917-2005), testigo privilegiado de la evolución del cómic a lo largo de su historia, es uno de los autores que más ha insistido en la necesidad de reconocimiento del cómic como arte. Tanto desde una perspectiva teórica (El cómic y el Arte Secuencial y La Narración gráfica) como práctica (Spirit, Contrato con Dios, El soñador…), Will Eisner ha defendido siempre la calidad “literaria” del cómic. Suele considerársele “el padre de la novela gráfica”. En este compendio de citas de Eisner podéis encontrar un resumen de su perspectiva teórica comentadas por un servidor.
De artistas de vodevil a artistas a secas:
La tradicional (y difícilmente rebatible a pesar de los progresos) falta de reconocimiento del cómic como medio o como arte, es uno de los pilares más importantes sobre los que se sustenta la actual tendencia teórica hacia el término de la «novela gráfica». Explica Eisner que, cuando se publicó Spirit por primera vez, en 1940, fue entrevistado por el Baltimor Sun. Ya entonces intentó defender la tesis de que el cómic era un medio artístico literario. Sin embargo, las reacciones que suscitaron sus afirmaciones dan buena cuenta de que Eisner iba muy por delante de sus contemporáneos:
“Y los tipos aquellos se me rieron a la cara diciéndome: ‘Qué intentas demostrar, Will? ¿Quién te crees que eres?’ [El humorista gráfico] Rude Goldberg me dijo que eso que yo decía era una chorrada. ‘Joder, chico, eres un artista de vodevil. No olvides que esto es un vodevil.’” (Eisner, 2006, p.163)
Pero no sólo las personas ajenas al cómic opinaban de ese modo. A juzgar por las declaraciones de Eisner, a menudo, la baja consideración de la historieta tenía como raíz a los propios autores. La mayoría de ellos no trabajaban en el cómic vocacionalmente sino, simplemente, como una forma de ganar algún dinero mientras aspiraban a cosas más “serias” y mejor pagadas como, por ejemplo, ilustrar el Saturday Evening Post (Eisner, 2006, p.187-188).
[Durante la década de 1940] Nadie en el medio, trabajando en el medio por entonces, hubiera pensado en él como medio. Nadie reconocía o aceptaba el hecho que esas ilustraciones, esa maravillosa combinación de palabras e imágenes presentadas en una secuencia inteligente, era realmente una forma de arte o, como me gusta decir, una forma literaria” (Eisner, 2004)
En la entrevista que mantuvieron Will Eisner y Frank Miller, Eisner comparaba la situación de los creadores de cómic con los esclavos que deseaban estar en la colina donde estaban los blancos (aunque no hace referencia tan solo a la mentalidad sino también a los canales de distribución, de los que hablaremos más adelante) (Eisner, 2006, p.162) mientras que Miller lo llamaba la “enfermedad de la baja autoestima” (Miller, 2006, p.168).
“En aquel entonces, sostener que el cómic era una forma artística, o sencillamente tratar de defender su valor, pasaba por ser una presunción disparatada, tachada de ridícula. Ahora bien, con el paso de los años, el reconocimiento y la aceptación dieron su fruto, y el arte secuencial se encuentra a un paso de incorporarse a la cultura del sistema.” (Eisner, 1997, p.5)
Pese a todo, admite Eisner, aún queda mucho trabajo por hacer. El cómic, tanto en el terreno de la literatura, como en el de la pintura, sigue sin ser considerado como se merece.
“En general, y por motivos que tienen mucho que ver con la costumbre y la temática, el Arte Secuencial ha sido desdeñado, considerándosele indigno de serio debate. Mientras que sus principales elementos integrantes; a saber, la concepción, el dibujo, la caricatura y la escritura, han recibido consideración académica por separado, la combinación de todos ellos ha obtenido un lugar insignificante en el mundo literario y en el artístico.” (Eisner, 1996, p.5)
“Aún se nos considera un medio artístico inferior. Arriba del todo está el óleo, luego está el aguafuerte, luego el grabado en madera, luego la serigrafía, y al final los cómics” (Eisner, 2006, p.162)
El último escollo por superar, afirma Eisner, es el del reconocimiento académico.
“El futuro del medio pende del soporte del mundo académico porque, para que el medio crezca y madure como hasta ahora necesita la atención y el interés de aquellas personas que, en el mundo académico, son capaces de disecarlo [¿?], discutirlo, reconocerlo y evaluarlo; [aquellas personas que] establecerán un estándar al que aspiren los jóvenes artistas del cómic.” (Eisner, 2004)
Partiendo de la base que el cómic debe ser reconocido como un medio de expresión artística tan válido como cualquier otro, en mi opinión, el cómic no debe depender de que dicho reconocimiento sea concedido por la academia literaria o artística sino que el cómic debe contar con una crítica y una teoría propias.
El cómic es un medio en sí mismo, una forma artística que tiene un lenguaje propio que va más allá del uso de la palabra y, por lo tanto, debe valorarse independientemente de cualquier otra forma artística. Por supuesto, tanto a nivel creativo como teórico, siempre habrá cierta porosidad entre medios eminentemente narrativos, especialmente cuando comparten ciertas partes de su lenguaje. El cineasta D. W. Griffith, por ejemplo, se inspiró en Dickens para crear el montaje en paralelo. Estos trasvases deben entenderse como un diálogo entre iguales, no como una dependencia de la literatura.
El cómic como medio
Cuando, en 1940, Will Eisner emprendió la publicación de Spirit como suplemento dominical, intentó dirigirse a un público más adulto del que solía leer cómics. En consecuencia, trató de explicar historias que fueran más allá de la persecución y la venganza típica de los superhéroes que poblaban los comic book. A nivel narrativo, Spirit se convirtió en una plataforma ideal para la experimentación con el lenguaje del cómic.
“En retrospectiva, me doy cuenta de que estuve trabajando tan sólo en una idea central: que el medio, la disposición de palabras e imágenes en el arte secuencial, era una forma artística en sí. La historieta es un medio único en su género, con estructura y personalidad propias, que puede tratar cualquier tema, por intrincado que sea” (Eisner, 1996, p.5)
Para Eisner, el cómic book y las tiras de prensa son manifestaciones de lo que él denomina “Arte Secuencial”. A su vez el Arte Secuencial se encuentra dentro de los límites de la “narrativa gráfica”, espacio que comparte con el cine.
El Arte secuencial es un “medio de expresión creativa, materia de estudio diferente, forma artística y literaria que trata de la disposición de dibujos o imágenes y palabras para contar una historia o escenificar una idea.” (Eisner, 1996, p.5)
La narración gráfica es “descripción genérica de cualquier narrativa que se sirve de la imagen para transmitir una idea. Tanto el cine como el cómic recurren a la narración gráfica.” (Eisner, 1998, p.6)
Dicho de otro modo, en la “Narración Gráfica” pone el énfasis en la transmisión de una historia mediante imágenes mientras que en el “Arte Secuencial” pone el énfasis en la transmisión de una historia (o idea) mediante la combinación de palabra e imagen. A juzgar por sus escritos, a menudo demasiado ambiguos en el uso de los términos, la idea del cómic como medio queda en algún punto intermedio entre ambas.
“Para mí, el medio trata de comunicar historias con imágenes, con una combinación inteligente de palabras e imágenes. Eso todos nosotros lo sabemos muy bien.” (Eisner, 2006, p.333)
“Para mí, el cómic es una forma de contar una historia. Es una forma de escribir. Es un lenguaje. (Eisner, 2006, p.332)
En mi opinión, incluir el cómic y el cine bajo el gran paraguas de la narración gráfica es un error, ya que no se tiene en cuenta la gran influencia que tiene la palabra en la creación del sentido de la obra. Más acertada, aunque no suficiente, me parece la perspectiva de Miguel Ángel Muro Munilla quien habla de los cómics como “textos narrativos literario-icónicos” (Muro, 2004, p.63). Sin embargo, aunque la gran mayoría de los cómics tienen carácter narrativo, sus posibilidades no acaban ahí. Además, no debería confundirse el carácter verbal de una parte del lenguaje de los cómics con la pertenencia a la literatura como arte. Por todo ello, yo optaría por definir el cómic como un medio de expresión artística basado en un lenguaje icónico-verbal.
El delicado equilibrio entre palabras e imágenes.
Will Eisner afirma en varias ocasiones que el lenguaje del cómic se basa en la transmisión de una historia mediante la combinación de palabras e imágenes. Según el autor, de alguna manera, el interés por cada uno de dichos componentes es inversamente proporcional al interés por el otro.
“Cuando la pirotecnia visual y los trazos de alta tecnología dominan el cómic, el resultado suele ser una historia muy sencilla.”
“Lo que ves ahora [en las editoriales pequeñas] son ideas sofisticadas con un dibujo básico, cuando yo empecé teníamos un dibujo sofisticado con ideas muy básicas.” (Eisner, 2006, p.192)
Para Eisner, la primacía del dibujo sobre la historia es tradicional en la industria del cómic y es, además una de las causas de que el cómic haya sido considerado una “amenaza contra la alfabetización” (Eisner, 1998, p.3) por algunos sectores tradicionalistas de la cultura incapaces de entender la imagen como medio de comunicación, como texto (en un sentido amplio) cuyo mensaje puede ser “leído”.
“La primacía del dibujo en el formato de cómics tradicional hizo que se pusiera más énfasis en el grafismo que en su contenido literario.” (Eisner, 1998, p.3)
“(…) en la época en la que crecí el buen dibujo se consideraba la cumbre de nuestro trabajo. Si estaba bien dibujado, todo el mundo te decía que con eso bastaba. Ahora, las ideas son lo importante.” (Eisner, 2006, p.193)
A un lector interesado en los efectos gráficos o el dibujo virtuoso, le basta con eso. En realidad, un argumento con mucha ‘densidad’ puede llegar a ser un impedimento. Para obtener este resultado, el dibujante precisa del guionista un pequeño tema que se centre en un solo problema, como esos argumentos que se limitan a persecuciones o venganzas.” (Eisner, 1998, p.26)
Al contar con su propio lenguaje icónico-verbal, es un error valorar el cómic en función de la imagen o de la palabra por separado. Por supuesto, ya lo era cuando se consideraba que el dibujo es lo más importante pero también cuando se considera, como hacen Ramón de España e Ignacio Vidal-Folch en El cánon de los cómics, (Vidal-Folch y de España, 1996, p.11) que lo importante es exclusivamente el guión literario. En el cómic, la palabra y la imagen construyen el sentido juntas por lo que no pueden separarse la una de la otra.
La lectura del cómic:
No es de extrañar que Will Eisner hable de lectura del cómic ya que, por una parte, es un medio al que considera literario y por otra se refiere a lectura en un sentido amplio según el cual el cómic, mediante imágenes y palabras, forma un texto semiótico.
“Se espera de los jóvenes lectores una fácil comprensión de la combinación imagen-palabra y el tradicional desciframiento del texto. A los comics de les puede llamar ‘lectura’ en un sentido más amplio del que se suele entender por esta palabra” (Eisner, 1996, p.7)
La lectura de un cómic es, debido a la naturaleza dual del lenguaje que lo conforma un proceso complejo.
“El comic book consiste en un montaje de palabra e imagen, y, por tanto exige del lector el ejercicio tanto de su facultad visual como verbal.” (Eisner, 1996, p.8)
Sin embargo, Eisner, que por una parte defendía que el texto pudiera ser entendido de la manera más amplia posible, utiliza este argumento como demostración de la naturaleza literaria del cómic.
“El proceso de lectura en cómic es una extensión del texto. La lectura de un libro supone un proceso de lectura que convierte la palaba en imagen. Eso se acelera en el cómic, que ya proporciona la imagen. (…) Esta peregrina forma de lectura merece, de todas todas, ser considerada como literatura, ya que se sirve de imagen como si fuera un lenguaje. Puede apreciarse su relación con la iconografía y pictografía de la escritura oriental.” (Eisner, 1998, p.5-6)
En semiótica un texto es considerado “un artificio sintáctico-semántico-pragmático cuya interpretación está prevista en su propio proyecto generativo” (Eco citado en Muro, 2004, p.29). Los signos que lo forman no tienen por qué ser de naturaleza exclusivamente verbal, por lo que en sentido amplio, un cómic entra, sin reparo posible, en dicha definición. Menos acertado está Eisner a la hora de considerar este hecho como prueba de la naturaleza literaria del cómic, al contrario, considerar al cómic como un texto en el sentido semiótico, no pone al cómic por debajo de la literatura en lo que se refiere a su capacidad para vehicular un sentido, lo pone al mismo nivel.
La escritura del cómic:
De la misma manera que hablamos de “lectura del cómic” podemos hablar de “escritura del cómic”.
“El cómic es un medio que emplea una sofisticada combinación de textos e imágenes. Cuando en un relato sólo existe el texto se puede alcanzar una gran profundidad, detalle y economía de espacio, pero las imágenes pueden aportar al lector una gran carga emocional” (Eisner; Vidal, 2002)
A pesar de la discutible distribución texto-profundo/imagen-emocional, Eisner apunta que la combinación entre palabras e imágenes debe formar un todo homogéneo. Palabras e imágenes trabajan juntas en la elaboración del sentido del «texto semiótico». Eisner llega al extremo de defender la idea de un creador único para asegurar tanto el texto como el dibujo estén al servicio de la idea original.
“Por lo general, la escritura se percibe como la manipulación de la palabras. Escribir una historieta es faena más compleja, pues se trata en principio de desarrollar un concepto, de describirlo y de construir la cadena narrativa que llevará de las palabras a las imágenes. El diálogo sostiene el dibujo, pues tanto uno como otro están al servicio de la historia. Ambos se combinan para formar un todo homogéneo. La escritura ideal sólo se da cuando el guionista y el dibujante son la misma persona. Ello conlleva la ventaja de reducir el tiempo entre la idea y su adaptación. Así, el producto se encuentra lo más cerca posible de la intención del creador.” (Eisner, 1998, p.111)
Para Eisner la letra impresa es un canal que no modifica la idea en su transmisión mientras que la imagen sí lo hace.
“Hay una diferencia esencial entre la escritura de un libro y la de una historieta: al contrario de las imágenes, la letra impresa no modifica la calidad de la historia, la letra impresa no influye en la narración, pero la imagen sí.” (Eisner, 1998, p.112)
Podemos entender, por tanto, que, para Eisner, la figura del creador se correspondería con la del guionista mientras que el dibujante tendría la función de adaptar la idea en imágenes. Este desequilibrio en las funciones de cada miembro del equipo también apoya la concepción del cómic como medio literario. Sin embargo es un argumento que, en función de lo dicho hasta ahora, cae por su propio peso.
Groso, zarpado informe.
ResponderEliminarRepito lo de mi comentario anterior