Eisner, pionero de la “novela gráfica”
Will Eisner se considera a sí mismo creador de la “novela gráfica” o, al menos, de la “novela gráfica” tal y como la conocemos hoy en día. Como él mismo explica a modo de anécdota, cuando intentaba vender Contrato con Dios a una editorial literaria se produjo la siguiente conversación:
“Así que lo llamé y le dije ‘Hay algo que quisiera enseñarte, algo que creo que es muy interesante.’
Él dijo, ‘Sí, bueno, de qué se trata?’
Surgió un hombrecillo en mi cabeza y me dijo ‘Por el amor de Dios, estúpido, no le digas que es un cómic. Te colgará.’ Por lo que le dije: ‘Es una novela gráfica.’
Él dijo: ‘Wow! Eso suena interesante. Ven a verme.’” (Eisner, 2004)
Encontramos otros ejemplos de ello en la entrevista entre Frank Miller y Will Eisner cuando Miller le dice que Contrato con Dios fue un punto de inflexión a partir del cual los autores de cómic comenzaron a considerarse novelistas, Eisner contesta:
“Bueno, yo lo intentaba, pero no era consciente de que estaba comenzando una revolución. Sabía que lo que estaba haciendo era algo diferente porque mi intención era que fuese diferente, y porque estaba hablando a un lector completamente diferente.” (Eisner, 2006, p.44)
En otro momento Eisner afirma:
“Lo que yo saco de todo esto es que aquí tenemos un medio que proporciona un vehículo para expresar ese tipo de cosas. Siempre ha tenido esa capacidad, pero ahora, gracias a gente como tú [Frank Miller] (gracias a Art Spiegelman, gracias a Scott McCloud, Chris Ware, a personas así) toda esta gente nueva ha tomado este medio como un vehículo para expresarse. Hubo ésta sensación en el aire antes… en 1935 cuando yo empecé, había gente por ahí con los mismos sentimientos, los mismos desengaños, la misma angustia (…). De hecho, lo único que me da envidia de todo esto es que yo bajé a este valle antes que nadie, y ahora todo el mundo viene al valle y construye cosas a mi alrededor. ” (Eisner, 2006, p.166)
Sin embargo, Eisner, cita dos corrientes anteriores que sirven de precedente directo. Por un lado tenemos los libros ilustrados como, por ejemplo, El príncipe valiente de Harlord Foster, del que Eisner dice lo siguiente:
“Los libros ilustrados gozaban de más consideración que la historieta y esa técnica tenía la ventaja de conservar la integridad del texto. (…) El formato se inspiraba en el cómic, pero la narración se sustentaba esencialmente del texto” (Eisner, 1998, p.135)
Por el otro lado tenemos la narración gráfica de autores como Frans Masereel u Otto Nücke (aquí Eisner no utiliza el término “narración gráfica” genéricamente sino como formato concreto basado en la sucesión de imágenes y sin el uso de palabras). Will Eisner sostiene, por ejemplo, que quedó profundamente impresionado por el Frankentein de Lynd Ward y que sus “esfuerzos en el mundo del cómic son un intento de expandir o extender la novedosa premisa de Ward.” (Eisner, 1997, p.5) Dicha expansión consistiría en la aplicación del lenguaje del “Arte Secuancial” a las historias enteramente gráficas.
“La novela gráfica, tal como la conocemos hoy, consiste en una combinación de texto, ya sea de apoyo o diálogos (bocadillos) y de dibujo desplegado secuencialmente. Pero en sus principios, la narración gráfica prescindió totalmente de la palabra.” (Eisner, 1998, p.138)
“Al considerar la novela gráfica se nota que la mayor parte de la narración corre a cargo del dibujo. La difusión de los comic books nos ha acostumbrado a una oposición texto-imagen en la narración de la historia. Tras el éxito que obtuvo, esa mezcla de géneros destronó rápidamente a la narración enteramente gráfica y dio nacimiento a la novela gráfica tal y como la conocemos hoy día” (Eisner, 1998, p.141)
Resulta curioso el hecho de que la denominada “novela gráfica” que, según Eisner, tiene mucho de acercamiento del cómic a la literatura, tenga sus orígenes en un formato completamente gráfico y que sea gracias a la influencia del cómic convencional que la palabra es introducida.
La novela gráfica: entre el cómic y la literatura
Para Will Eisner, a lo largo de la historia del cómic se produce un acercamiento del cómic a la literatura. Eisner afirma que la publicación de Spirit fue para él la confirmación de la potencialidad literaria del medio.
“En 1939, llevaba mucho tiempo convencido de que estaba liado con un medio que tenía un verdadero «potencial literario». (…) Publicar en los grandes periódicos de la nación iba a proporcionarme un público adulto y la oportunidad de escribir y dibujar historias mucho más sutiles” (Eisner, 2002, p.7)
Según Eisner el underground fue el primer movimiento que empezó a hacer lo que él consideraba literatura y, por tanto la demostración de que el potencial que había predicho podía hacerse realidad.
“No fue hasta que llegaron los cómics underground, en los setenta cuando la gente empezó a hacer lo que yo considero literatura. Eso fue lo que me trajo de vuelta al medio. (…) Lo que estaban haciendo era tratar sobre la temática social real, por primera vez. El dibujo era en muchos casos algo muy basto, y el guión muy ridículo, pero trataban problemas sociales en este medio. Lo utilizaban como un medio literario. Antes de eso, los cómics habían sido un medio de entretenimiento, que así era como se les había considerado siempre. Siempre habían sido un medio de entretenimiento. Creo que esos son unos grandes cambios.” (Eisner, 2006, p.183)
El movimiento underground animó a Eisner a regresar al mundo del cómic con una nueva protesta, una tentativa de demostrar al mundo no sólo que el cómic era literatura sino que podía ser tan bueno como cualquier novela: la novela gráfica.
“La novela gráfica fue mi tentativa de demostrar que el cómic es una forma válida de literatura capaz de dirigir su contenido más allá de las simples historias de entretenimiento. El cómic, dentro de las limitaciones de su lenguaje, puede aspirar al mismo nivel literario que cualquier novela.” (Eisner; Vidal, 2002)
En realidad, cuando Eisner habla de acercamiento a la literatura, lo hace en función de dos parámetros básicos: por una parte la calidad (que él denomina nivel literario) y por otra la temática. Como decía en el post anterior, siendo el cómic un medio en sí mismo es un error valorar un cómic en función de lo cerca o lejos que esté de la literatura (incluso si hubiera realmente una forma de medir esa distancia). Por otro lado no puede considerarse la literatura como un absoluto de calidad. Como en todas las industrias culturales (dejando de lado el hecho que la literatura disponga de algunos siglos más de bagaje en los que acumular clásicos y formar un canon) se publican obras que abarcan todo el rango de calidades, temáticas y públicos imaginables. Demasiado a menudo se confunde la literatura con el conjunto de obras que forman el canon literario y el canon literario con algo útil.
Los temas propios de la novela gráfica:
Will Eisner asocia, por una parte, cómic y literatura y, por otra, literatura y «temas serios». Para Eisner, una vez que el cómic ha dejado de ser novedad como medio, debe dedicar sus esfuerzos a asumir un nivel intelectual superior.
“Ya no somos algo novedoso así que, por lo tanto, lo que los nuevos guionistas tienen que hacer es, trabajando dentro de este medio, dar con historias que tengan más importancia intelectualmente.” (Eisner, 2006, p.183)
“Creo que ahora mismo estamos en un momento de cambio. En un momento de cambio en la historia de este medio. (…) Habrá gente estupenda que llegará a este medio, gente que sabe escribir, que tiene algo que decir, y que no está interesada necesariamente en el entretenimiento; en hacer una aventura emocionante o una de policías y ladrones o lo que sea. Sino que esté interesados en contar algo serio.” (Eisner, 2006, p.347)
“Es un debate interminable el de hasta dónde pueden llegar los cómics al tratar un ‘tema serio’. Por suerte, el aumento del número de dibujantes y guionistas serios que han sido atraídos por los cómics es testimonio elocuente del potencial de este medio” (Eisner, 1998, p.4)
Dichas aspiraciones literarias que, según Will Eisner, comienzan con el movimiento underground, suponen para él, la maduración del medio. Los temas serios a los que hace referencia y que convierten al cómic en un medio para adultos tienen en común una perspectiva realista.
“Entre los años 1965 y 1990, los cómics se esforzaron por alcanzar un serio contenido literario. Todo empezó con el polémico movimiento underground de dibujantes y guionistas que trataron directamente con el mercado. (…) Significó el principio de la maduración del medio. Por fin el cómic buscaba vérselas con temas que hasta entonces habían sido considerados sólo propios del libro, el teatro o el cine. La autobiografía, las reivindicaciones sociales, las relaciones humanas y la historia eran temas por los que ahora se interesaban los cómics. Empezaron a proliferar novelas gráficas dirigidas a ‘los adultos’. La edad media de los lectores fue en aumento. El mercado para la innovación y los temas adultos amplió sus fronteras.” (Eisner, 1998, p.4)
Sobre Contrato con Dios, Eisner afirma: “En este libro, me he esforzado por conseguir una narrativa que trata temas personales. (…) Los protagonistas y acontecimientos de estos relatos son gente y hechos que me gustaría que se aceptaran como reales.” (Eisner, 1997, p.6)
Partiendo de la base de que el cómic es capaz de tratar cualquier temática, con cualquier nivel de profundidad y para cualquier tipo de público, es lógico pensar que a lo largo de la historia del medio, a medida que determinados géneros y enfoques acaparaban el mercado, ha sido necesaria una reivindicación de dicho potencial. Dejando de lado el debate de si hoy en día sigue siendo necesario insistir en la reivindicación de un cómic dirigido a un público adulto, con lo que no puedo estar de acuerdo es con la asociación entre literatura/tema serios/realidad. En primer lugar porque la literatura, como medio de expresión artística, puede abarcar, y de hecho abarca, todas las temáticas posibles, todo el rango de edades, todos los niveles de “seriedad” (si es que puede medirse la seriedad de un texto). En segundo lugar porque el realismo no es garantía de profundidad ni de seriedad y, mucho menos de calidad. En tercer lugar porque el cómic merece ser valorado por lo que es y no en función de lo cerca o lejos que esté de la falsa imagen de otro medio. Lo que presenciamos aquí, por tanto no es la reivindicación del cómic como medio, sino un intento de imitar la imagen idealizada de otro medio y, por tanto, una reafirmación del complejo de inferioridad del cómic.
Distribución y formato de la novela gráfica: acordes con la literalidad del medio.
Para Eisner, amparándose en los gustos del lector adulto y con la literatura como horizonte del cómic, el formato de una novela gráfica debería ser el mismo que el de una novela.
“Al lector adulto no le gusta leer una novela gráfica de 18x26 porque es como un cómic. Pero le gusta ver una novela gráfica de 15x23 porque todas sus novelas están en 15x23” (Eisner, 2006, p.14)
Eisner afirma por una parte que el cambio de formato, especialmente el progresivo aumento de espacio para explicar las historias a lo largo de la historia del cómic, supuso el aumento de la sofisticación literaria.
“A raíz de la recopilación de las tiras de prensa publicadas en los periódicos, el material de la recopilación de las tiras de prensa publicadas en los periódicos, el material del comic book no tardó en evolucionar hacia historias largas, hasta llegar a las novelas gráficas. Esta última variante ha pesado mucho sobre el dibujante y el guionista, exigiéndoles una mayor sofisticación literaria.” (Eisner, 1998, p.3)
Pero el progresivo aumento de páginas no es suficiente. Para Eisner, su trabajo con Contrato con Dios fue decisivo en la aparición de la «novela gráfica» también por haber roto con las límites de los formatos tradicionales.
“Al contar esas historias, he querido adoptar una regla del realismo que quiere que la caricatura o exageración se ciña a los límites de la realidad. Para lograrlo tuve que desechar dos constricciones básicas que tan a menudo reprimen este medio: el espacio y el formato. Por consiguiente, escribí cada una de las historias sin tener en cuenta el espacio y, asimismo, cada cual desarrolló su propio formato.” (Eisner, 1997, p.6)
Más allá de la calidad literaria, donde sé juega un papel importante el formato es en la distribución. Para Will Eisner el mercado de venta directa de cómics, es decir, las tiendas especializadas, está muy por debajo del mercado de literatura en general. Eisner, que considera que el cómic es literatura, defiende que pueda ser vendido en las tiendas de libros no especializadas en cómics.
“[lo comercial de verdad] está ‘más allá’ del mercado directo; es como cuando los esclavos miraban a los blancos que estaban ahí, colina arriba. Por eso yo siempre digo que quiero estar con los blancos de la colina (…). Es un mercado diferente, totalmente diferente, y forma parte de una manera de vender totalmente distinta.” (Eisner, 2006, p.152)
Y llegamos por fin a lo que considero el verdadero quid de la cuestión. El verdadero sentido de la novela gráfica es, en mi opinión, el acceso del cómic a las librerías no especializadas. La novela gráfica, tal y como viene siendo definida no aporta absolutamente nada que el cómic no fuera capaz de hacer, al menos potencialmente. Si bien el cambio de formato era necesario para este cometido, toda la argumentación sobre la literalidad, la madurez, la calidad de la novela gráfica me parece más una (brillante, eso sí) estrategia de posicionamiento de producto orientado al usuario (Olamendi, 2010, p.2) que una argumentación sólida en la que sustentar la teoría del cómic.
Bibliografía:
EISNER, W. “Prefacio” en EISNER, W. Contrato con Dios. Norma Editorial, 1997 (1978)
EISNER, W. El cómic y el arte secuencial. Barcelona, Norma editorial, 1996 (1985)
EISNER, W. La narración gráfica. Barcelona, Norma editorial, 1998 (1996)
EISNER, W. “The Spirit: cómo surgió” en EISNER, W. Los archivos de Spirit Vol. 1. Norma Editorial, 2002 (2000)
EISNER, W.; VIDAL, J. “El cómic puede aspirar al mismo nivel literario que cualquier novela” [En línea] El País Digital. 25 de enero de 2002. <http://www.elpais.com/articulo/semana/EISNER/_WILL/comic/puede/aspirar/mismo/nivel/literario/cualquier/novela/elpepuculbab/20020126elpbabese_1/Tes>. [Consulta 7 de Julio de 2010]
EISNER, W. “Keynote address from the 2002 ‘Will Eisner Symposium’” [En línea] ImageTexT: Interdisciplinary Comic Studies. Num.1 Vol.1, 2004. <http://www.english.ufl.edu/imagetext/archives/v1_1/eisner/>. [Consulta 7 de Julio de 2010]
EISNER, W.; MILLER, F. Eisner/Miller: Entrevista modernada por Charles Brownstein. Barcelona: Norma Editorial, 2006 (2005)
MURO MUNILLA, M. A. Análisis e interpretación del cómic. Ensayo de metodología semiótica. La Rioja: Universidad de la Rioja, 2004.
OLAMENDI, G. “Estrategias de posicionamiento” [en línea] www.estoesmarketing.com 2010. http://www.estoesmarketing.com/Estrategias/Posicionamiento.pdf [Consulta 16 de Julio de 2010]
VIDAL-FOLCH, I; DE ESPAÑA, R. El cánon de los cómics. Barcelona: Glénat, 1996.
Por supuesto, se trata únicamente de la definición de Eisner, no de una definición "universal". Ya sabrás que el término NG no obstante no lo inventa él, sólo lo usa porque ya existía con anterioridad.
ResponderEliminarEisner veía al cómic como literatura, sí, algo que en mi opinión es absurdo.
Que Eisner usara el término NG como "posicionamiento comercial" no implica necesariamente que sus NG no fueran algo novedoso en la historia del cómic americano o no aportaran nada a él, ni que no fueran un esfuerzo de autor por llegar a otros lectores. El Spirit de Eisner, que es en mi opinión una obra maestra y lo mejor que hizo Eisner nunca, no tiene mucho que ver con sus NG, más allá de que sean del mismo autor. Primero porque son épocas distintas, de la sociedad y de la trayectoria creativa del autor, pero también y sobre todo porque son formatos distintos con condiciones materiales muy distintas, comic book en el primer caso donde en apenas 7 páginas semanales Eisner y su equipo debía ofrecer una historia completa de Spirit.
El comic book también era algo novedoso a finales de los años treinta, cuando ese nuevo formato se había implantado, y antes de eso la novedad que suponen los cómics a color de los suplementos de prensa de finales del XIX es incalculable. Suplementos que surgen como reclamos comerciales para el lector del periódico.
Los formatos nunca son "neutros" porque determinan con carácter previo lo que puedes meter en ellos. Y si el autor tiene una sola página dominical, evidentemente su cómic (con todas las innovaciones posibles que pudiera introducir cada autor) se tendrá que ajustar a los límites de esa página. Frente a s eso, si un autor de comic book dispone de 20 o 22 páginas, sus cómics van a ser necesariamente distintos al autor de prensa que debía ofrecer algo cada domingo al lector en una sola página. Por la misma lógica, si Eisner se pone a trabajar en sus novelas gráficas sin preocuparse de un número de páginas predeterminado, o de seguir géneros dictados por el editor, eso también va a influir en sus obras. Cuando digo Eisner digo otros autores que han trabajado con planteamientos parecidos. Y con todo esto que digo, por supuesto, no estoy quitando méritos innovadores a nadie por no hacer NG, pues McCay fue un genio en el cómic de prensa y Kirby otro revolucionario del comic book que aportaron grandes cosas a la historia del cómic americano.
El que está quitando méritos innovadores en este caso ("no aporta absolutamente nada"), me temo, eres tú, Dani. Porque la "NG" te nubla la vista.
La frase completa es: "La novela gráfica, tal y como viene siendo definida no aporta absolutamente nada que el cómic no fuera capaz de hacer, al menos potencialmente."
ResponderEliminarQuizás no me he expresado bien. La novela gráfica no aporta nada nuevo. Cada una de las características que se han utilizado para definirla se habían ensayado antes en la historia del cómic. El único mérito sería, quizás juntar esas características (al menos unas cuantas) en una obra y repetir el proceso hasta que se ha convertido en un género.
Por otra parte no creo que la NG me nuble nada. Es más, lo que veo bastante claro es que muchos de los defensores del término tienen, como autores, editores, etc. importantes intereses comerciales en que la etiqueta "novela gráfica" les abra las puertas del mercado de las librerías no especializadas.
¿Intereses comerciales? ¿Lo dices acaso por los 1000 ejemplares que se venden de promedio por cada novela gráfica española reciente? Algunas venden bastante menos de eso. ¿Sabes lo que eso significa en dinero para el autor, teniendo en cuenta que se lleva normalmente un 10% del precio de portada sin IVA?
ResponderEliminarLa NG ya ha abierto esas puertas de las librerías generales, y menos mal porque va a ser el sitio donde el cómic podrá sobrevivir en los próximos años. No es un problema, es una solución. Supongo que ya habrás visto esto:
http://navarrobadia.blogspot.com/2010/07/siguen-bajando-las-ventas.html
"La novela gráfica, tal y como viene siendo definida no aporta absolutamente nada que el cómic no fuera capaz de hacer, al menos potencialmente."
Esta frase no tiene ningún sentido, perdona que lo diga así pero así lo veo. No quise decirlo antes para no meterme en otra discusión, pero es que el lenguaje del cómic no existe "en potencia" sino sólo cuando se materializa en obras concretas, que se publican en un momento y un contexto determinados. Si esas obras novedosas no existen, no hay nada en potencia. Y las innovaciones se introducen o no se introducen. No existe ningún lenguaje del cómic en abstracto o en potencia, lo que hay son tebeos concretos de autores concretos. En cada momento histórico en que se publican, además.
"Cada una de las características que se han utilizado para definirla se habían ensayado antes en la historia del cómic".
No, no creo que eso sea cierto. Contrato con Dios no se parece en nada a los cómics americanos de 1978, y a lo más que se parece es a las novelas en grabado de los años treinta de Lynd Ward y otros autores, que en realidad eran muy diferentes de los cómics de entonces y han permanecido fuera de la historia del cómic hasta hace poco (hay quien no cree que sean cómics, de hecho). Luego en Contrato con Dios existe una innovación. También en temática; hay muy pocos tebeos antes de Contrato con Dios que aborden temas de memoria y autobiografía, y todos son de los setenta. Luego decir que Contrato con Dios no aporta nada nuevo al cómic es cómo decir que McCay no aportó nada en las primeras décadas del XX en las tiras de prens ( en ese formato completamente distinto), o que Kirby no aporta nada al lenguaje del comic book ya desde los años cuarenta, cuando realmente introdujo un montón de recursos que sus compañeros le copiaban.
Sinceramente, no entiendo este revisionismo que pretende negar ahora que la novela gráfica no aporta nada nuevo a la historia del cómic. Es como decir que las tiras de prensa no aportan nada o que el comic book no aporta nada. Si piensas que Contrato con Dios no aporta nada nuevo (y con esto no estoy diciendo que me parezca una obra suprema, en algunos aspectos puede verse fallida), yo no puedo añadir más, así que aquí lo dejo.
No te confundas Pepo. La Novela Gráfica no es la solución. La solución es el cómic de calidad. Es cierto que los datos de la bajada de ventas, que ya había visto, anuncian algo muy triste. Más triste de lo que tu crees. El bluff de la novela gráfica ha empezado a deshincharse como ya hizo el underground, el alternativo, el nuevo cómic... y sabes que pasara? Que a fuerza de distinguir entre cómic y NG, la gente sigue pensando que el cómic es un medio desechable y barato. Cuando la NG termine de saturar el mercado y finalmente desaparezca(que es lo que pasa cuando acabas haciendo un género de un formato), no nos quedará nada. Y nos lo tendremos merecido por no haber aprendido nada del debate que se produjo hace 20 años. Y nos lo volveremos a merecer cuando dentro de otros 20 nos volvamos a inventar otro término para designar algo tan sencillo como el cómic de calidad...
ResponderEliminarBuf, qué presagios tan deprimentes, espero que no se cumplan.
ResponderEliminar"El bluff de la novela gráfica ha empezado a deshincharse como ya hizo el underground, el alternativo, el nuevo cómic."
Dani, lo que dice Navarro en su post es que la bajada gorda ha sido en librerías especializadas. En librerías generales la bajada ha sido mucho menor. Y en librerías generales lo que se vende sobre todo es NG.
"El bluff de la novela gráfica ha empezado a deshincharse como ya hizo el underground, el alternativo, el nuevo cómic..."
Me alegro en coincidir que ves la NG como movimiento, pues todos los que ahí señalas fueron movimientos, o corrientes, en la historia del cómic. Underground, cómic alternativo (que se ha reconvertido en los 2000 en la novela gráfica), etc. Sí, los movimientos tienen su principio, su desarrollo y su final, pero que acabe un movimiento no significa que se acabe el cómic. Le siguen otros autores y corrientes o movimientos. Al underground le siguió el alternativo, y a éste la novela gráfica de los 2000, etc.
Pero no creo que la NG vaya a desaparecer porque precisamente el proceso va al contrario ahora mismo: de desarrollarse como "género" (si queremos llamarlo así) o corriente asociada a un formato, la NG se está generalizando ahora mismo como simple formato donde los editores están metiendo todo tipo de cómics aunque se hicieran para otros formatos originalmente. Es decir, si fracasa el invento en las librerías generales, que espero que no sea así, será culpa de todos los cómics publicados en ese formato, puesto que ahora mismo te puedes encontrar en formato "NG" lo mismo Epiléptico que un tomo de todo Frank Cappa que un tocho con Los perdedores.
Por cierto, una NG es un cómic, es lo primero que aclaro cuando alguien que no sabe del tema me pregunta. Se distingue NG igual que se distingue entre comic strip estadounidense, comic book americano, novela gráfica,etc. Es que hay diferencias, claro que las hay. Son formatos distintos que implican tradiciones distintas, porque los formatos afectan al contenido. Pero todo eso son cómics.
No estoy de acuerdo con lo de NG como sinónimo de calidad. Una NG puede ser buena, puede ser regular o directamente mala. Al reciente Stiches me remito (en mi opinión).